Lourenzá es una pequeña localidad gallega del interior de la provincia de Lugo, situada en el pintoresco valle del río Masma en la comarca de la Mariña Lucense. Es un alto destacado dentro del Camino de Santiago del Norte, y aunque no se trate de un núcleo turístico masivo, ofrece al peregrino rincones con encanto y tradiciones que bien merecen una pausa.
Muchos peregrinos cruzan la localidad rápidamente, pero si dispones de algo de tiempo, descubrirás que qué ver en Lourenzá va más allá de su tranquilidad rural. Tanto si recorres la ruta por tu cuenta como si cuentas con el apoyo de algún servicio especializado en viajes Camino de Santiago organizados te interesará conocer los principales atractivos de este lugar.
A continuación, te contamos los puntos de interés, la cultura y el entorno natural que hacen que sea una parada agradable para el caminante.
Índice de contenidos
Lugares de interés en Lourenzá y alrededores
Monasterio de San Salvador de Lourenzá
Sin duda el monumento más emblemático de Lourenzá es su antiguo monasterio benedictino de San Salvador. Fue fundado en el siglo X por el conde Osorio Gutiérrez, conocido como el Conde Santo, quien está enterrado aquí en un sarcófago de mármol.
La construcción actual del monasterio data de los siglos XVII-XVIII y es de estilo barroco, con una imponente fachada de piedra flanqueada por dos torres (una de ellas inacabada). De hecho, esta fachada está considerada un precedente arquitectónico de la famosa fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago.
El complejo monástico incluye la iglesia (hoy parroquial), dos claustros, varias capillas (como la de Valdeflores y la de la Virgen de Valvanera), la cámara abacial, el patio del Conde Santo y un Museo de Arte Sacro. El monasterio fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1974, y en la actualidad incluso alberga dependencias municipales de la localidad.
La Catedral de Mondoñedo
A apenas 9 km se encuentra la ciudad de Mondoñedo, próxima etapa del Camino. Allí podrás admirar su catedral basílica de la Asunción, una joya histórico-artística que muchos peregrinos visitan al día siguiente de pasar Lourenzá. Conocida como la Catedral Arrodillada por sus proporciones bajas, fue construida originalmente en el siglo XIII y ostenta el título de Monumento Nacional desde 1902.
De estilo románico con añadidos góticos y barrocos, se sitúa en una bella plaza empedrada presidida por una estatua del escritor Álvaro Cunqueiro. Sus dos torres simétricas y su rosetón te recibirán al llegar a la ciudad.
Vale la pena pasear por los alrededores de la catedral, disfrutar de la tranquilidad de esta pequeña capital episcopal y quizá visitar su museo catedralicio. Aunque llegarás hasta aquí caminando en la siguiente etapa, conocer de antemano su importancia te animará a no perdértela: es uno de los tesoros patrimoniales del norte de Galicia.
La Faba de Lourenzá
Más allá de elementos arquitectónicos, Lourenzá es especialmente famosa por un producto agrícola: la faba de Lourenzá, una variedad local de judía (alubia) que se ha ganado gran reputación en la gastronomía gallega. De hecho, es la única legumbre de Galicia con Indicación Geográfica Protegida propia, reconocimiento obtenido en 2008 que avala su calidad y fam.
El plato más típico del lugar son las fabas a la Lourenzá, un guiso de estas alubias generalmente cocinado con carnes que hace las delicias de los peregrinos hambrientos. Si tienes ocasión de probarlo en algún mesón local, no lo dudes: es un auténtico recuerdo culinario.
Lourenzá homenajea a su legumbre estrella con la Fiesta de la Faba, un evento gastronómico y cultural que se celebra cada año el primer fin de semana de octubre. Esta fiesta nació en 1990 para promover el consumo de la faba local, y con los años ha crecido hasta ser declarada Fiesta de Interés Turístico (reconocimiento otorgado en 2001 por la Xunta de Galicia).
Incluso fuera de la fiesta, en Lourenzá existe un Centro de Interpretación da Faba, inaugurado en 2004. Aquí se explican las técnicas agrícolas tradicionales de cultivo y conservación de esta legumbre tan especial. El centro cuenta con varias salas expositivas (historia del cultivo, audiovisuales, biblioteca, etc.).
Ruta literaria de Francisco Fernández del Riego
En el plano cultural, Lourenzá también es cuna de figuras ilustres. Un ejemplo es Francisco Fernández del Riego, escritor, editor e intelectual nacido aquí en 1913. Fue uno de los impulsores del Día das Letras Galegas y un referente de la cultura gallega del siglo XX. Como homenaje, el ayuntamiento ha diseñado una pequeña ruta literaria que recorre las calles y rincones vinculados a su vida.
Si te interesa la literatura o la historia local, puedes seguir los pasos de Fernández del Riego por su pueblo natal: verás sus casas, los lugares donde pasó su infancia y paneles informativos sobre sus aportes a las letras gallegas.
Paisajes y naturaleza en el Val de Lourenzá
Como en todo el litoral cantábrico, uno de sus encantos es su entorno natural. El valle que rodea al pueblo ofrece idílicos paisajes verdes de prados y bosques, bañados por las aguas del río Masma.
Muy cerca del casco urbano se encuentra el entorno de Cazolga, un apreciado coto de pesca que cuenta con un puente histórico construido en 1796 sobre el río. Este rincón es especialmente pintoresco y atrae tanto a aficionados a la pesca en sus arroyos como a quienes disfrutan de la fotografía y la tranquilidad junto al río.
Si te gusta el senderismo y decides tomarte un respiro en la caminata, puedes hacer la Ruta de Senderismo Val de Lourenzá. Este es un recorrido circular que abarca los parajes naturales más bonitos de la zona. Esta ruta, de unas 3 a 4 horas de duración, permite adentrarse por bosques y colinas locales. Conviene emprenderla con buen tiempo y ropa cómoda.
El Camino del Norte: ¿Por qué elegir esta ruta?
Lourenzá forma parte del Camino de Santiago del Norte, que recorre todo el litoral cantábrico desde Irún hasta Santiago de Compostela. Muchos peregrinos se preguntan qué distingue esta ruta jacobea frente a otras alternativas.
Una de sus ventajas reconocidas es que se trata de un recorrido menos masificado. Aquí encontrarás menos aglomeraciones, lo que se traduce en más tranquilidad, mayor disponibilidad en albergues y una experiencia quizás más introspectiva. La infraestructura es algo menor que en otras opciones, pero no te preocupes, suficiente para cubrir las necesidades del peregrino medio.
Otro gran atractivo son sus paisajes costeros y de montaña. Esta ruta ofrece una combinación única de mar y montaña a lo largo de sus etapas: caminarás junto a los acantilados sobre el Cantábrico, atravesando playas solitarias, rías y bosques verdes que se alternan tierra adentro. La belleza paisajística de esta vía es incomparable, con panorámicas donde el azul del mar Cantábrico se funde en el horizonte con el verdor de las colinas vascas, cántabras, asturianas y gallegas.
Un ejemplo destacado es el tramo del Camino de Santiago desde Santander a Gijón, que lleva al peregrino por algunas de las villas marineras más hermosas del norte (como Santillana del Mar, Comillas, Llanes) y ofrece vistas inolvidables de playas extensas, bufones y acantilados abruptos en la costa.
Otro punto fuerte de esta ruta es la variedad cultural y gastronómica que ofrece. Al atravesar cuatro comunidades autónomas, el peregrino experimenta la diversidad de la España verde: podrá saborear desde pintxos hasta cocidos montañeses, fabada y mariscos. De hecho, la gastronomía norteña suele dejar un recuerdo imborrable en quienes la disfrutan durante la caminata.
Cada región aporta sus costumbres, su folclore y su patrimonio artístico, enriqueciendo la peregrinación. El Camino del Norte tiene un itinerario físicamente algo exigente por sus continuos desniveles en ciertas etapas montañosas. No obstante, la recompensa de los paisajes solitarios, la brisa marina y la autenticidad de los pueblos que atraviesa bien justifica el esfuerzo.
Qué lo diferencia de otras rutas jacobeas
- El Camino Francés es el más famoso y frecuentado. Desde Roncesvalles o Saint-Jean-Pied-de-Port, atraviesa toda la meseta hasta Galicia. Tiene la infraestructura más completa (albergues, señalización, servicios), lo que facilita la logística diaria, y resulta perfecto para quienes valoran la compañía de otros peregrinos. Sin embargo, la masificación en temporada alta puede restarle esa sensación de recogimiento que algunos buscan.
- El Camino Portugués es el segundo más recorrido después del Francés. Puede hacerse por la ruta interior o por la costa, y en ambos casos ofrece un trazado más amable, con etapas cómodas, buena señalización y clima templado.
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- La ruta desde Oporto a A Guarda permite vivir un Camino internacional, partiendo de Portugal y entrando a Galicia por el sur, con tramos costeros que enamoran.
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- Desde A Guarda, muchos continúan el Camino desde A Guarda a Santiago. Esta es una opción ideal para quienes disponen de una o dos semanas y quieren disfrutar de mar, pueblos marineros y buen ambiente.
- Otra opción es el Camino Primitivo, considerado el más antiguo. Desde Oviedo, atraviesa las montañas asturianas hasta enlazar con el Francés en Melide. Es exigente en lo físico, con muchos desniveles, pero muy auténtico y solitario. A menudo lo eligen caminantes con experiencia o quienes quieren una ruta menos convencional.
- En cambio, el Camino Inglés es perfecto si dispones de pocos días. Parte de Ferrol o A Coruña y, aunque más corto, conserva el espíritu jacobeo en cada etapa. Menos transitado, con paisajes gallegos genuinos y clima oceánico, puede ser una alternativa para quienes buscan una experiencia breve pero significativa.