La localidad lucense de Vilalba es una de las principales poblaciones de la comarca de Terra Chá, conocida por su terreno llano. Más que eso, es un punto destacado en el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela. Con alrededor de 15.000 habitantes, ofrece al peregrino todos los servicios necesarios y un interesante legado histórico que descubrir.
Esta villa fue cuna de la poderosa familia Andrade, cuyo castillo medieval —del que sobrevive su torreón— domina el panorama urbano y se ha convertido en Parador Nacional de Turismo. A continuación, te presentamos qué ver en Vilalba y sus alrededores, pensando especialmente en el peregrino que recorre el Camino de Santiago por esta ruta.
Índice de contenidos
Lugares de interés en Vilalba
Torre de los Andrade
La emblemática Torre de los Andrade es el único vestigio del antiguo castillo medieval de Vilalba, y destaca por su inusual planta octogonal. Esta estructura de más de 40 metros de altura fue reconstruida en varias ocasiones tras las revueltas Irmandiñas del siglo XV, lo que le permitió sobrevivir hasta nuestros.
Este sólido torreón se alza imponente en el centro del pueblo y actualmente alberga un Parador de Turismo, siendo el símbolo histórico más reconocible de la localidad.
Iglesia de Santa María
La Iglesia de Santa María es la parroquial del pueblo, situada en la plaza principal. Sustituye al antiguo templo románico de la villa, ya que fue totalmente reconstruida en la segunda mitad del siglo XIX. El edificio actual, de estilo historicista ecléctico, fue proyectado por el arquitecto local Manuel Mato Vizoso, quien llegó a conocer la vieja iglesia en su niñez.
Los cruceiros de Vilalba
En Vilalba también destacan los cruceiros, emblemáticas cruces de piedra típicas de Galicia que combinan arte, espiritualidad y tradición popular. Muchos se encuentran en encrucijadas o junto a antiguos caminos, ofreciendo al caminante un lugar para detenerse, rezar o simplemente contemplar el entorno.
Entre los más destacados del municipio se encuentran el cruceiro de Goiriz, el de Sancobad y el de San Xoán de Alba. Todos son de estilo tradicional gallego, con base cuadrada, fuste ornamentado y cruz con figura de Cristo en un lado y Virgen en el otro. Algunos han sido restaurados recientemente, y forman parte del paisaje cultural que acompaña al peregrino en su tránsito por la Terra Chá.
Museo de Prehistoria y Arqueología
Construido en 1192, el Museo de Prehistoria y Arqueología de Vilalba (MUPAV) es una visita recomendable para los interesados en la historia local. Este museo municipal se dedica a la investigación, conservación y divulgación de la prehistoria e historia antigua de Galicia.
Cuenta con una exposición permanente que recorre las culturas antiguas del noroeste de la Península Ibérica, complementada con exposiciones temporales, conferencias y cursos a lo largo del año.
Área Recreativa da Madalena y paseo fluvial
La Área Recreativa de la Madalena es una extensa zona verde a orillas del río con el mismo nombre, con unas 3 hectáreas de parques y equipamientos deportivos al aire libre.
En este entorno natural se inicia un paseo fluvial y literario que recorre unos 3 km río arriba hasta el Ponte dos Freires, combinando la belleza ribereña con el arte del Paseo dos Soños: cada 100 metros el caminante encuentra esculturas y textos dedicados a escritores locales, integrados entre la naturaleza.
El sendero está bien acondicionado, con puentes de madera para cruzar el río en varios tramos, pequeños molinos tradicionales, una islita arbolada e incluso una playa fluvial con merendero y cafetería donde merece la pena hacer una pausa.
Charca do Alligal
La Charca do Alligal es una piscina natural de aguas termales minero-medicinales situada a unos 10 km de la localidad (concretamente, en la parroquia de Codesido). Rodeada de un bosquecillo de abedules, esta laguna de aproximadamente 30 metros de diámetro se alimenta de manantiales subterráneos cuyas burbujas afloran continuamente a la superficie.
Desde la década de 1930 se ha acondicionado este lugar como balneario rústico, muy apreciado por vecinos y visitantes para relajarse gracias a las propiedades saludables de sus aguas. En verano la charca cuenta con vestuarios, aseos e incluso un pequeño bar, dada su popularidad como uno de los atractivos turísticos destacados de la zona.
Otros puntos de interés
Además de los sitios anteriores, Vilalba cuenta con varios puentes históricos en sus ríos, entre los que destacan el puente de Martiñán (siglo XVII, sobre el río Batán) y el puente de Saá (de origen medieval, restaurado con elementos modernos).
También la Casa de la Cultura, un sobrio edificio de 1842 que inicialmente fue sede del ayuntamiento y cárcel comarcal, merece una mirada; hoy se utiliza como sala de exposiciones temporales de arte y fotografía.
Puntos de interés cercanos
Los alrededores de la comarca de Terra Chá esconden lugares poco conocidos pero de gran valor patrimonial y simbólico, especialmente para quienes hacen el Camino. Entre ellos destacan los cementerios neogóticos rurales, repartidos por varias parroquias cercanas.
Estos forman parte de un curioso fenómeno artístico y cultural que floreció entre finales del siglo XIX y comienzos del XX. Localidades como Román, Oleiros, San Simón da Costa o Goiriz conservan estos pequeños camposantos con capillas, cruces y panteones de inspiración gótica. Están decorados con pináculos, arcos ojivales y esculturas que reflejan el gusto por lo monumental en espacios humildes.
Gastronomía de Vilalba
La cocina vilalbesa es rica y tradicional, fiel reflejo de la comarca agraria de Terra Chá. Destaca especialmente el queso de San Simón da Costa, un queso gallego de leche de vaca ahumado con abedul, que cuenta con Denominación de Origen propia y cuya peculiar forma cónica es inconfundible.
Otro producto estrella es el capón de Vilalba, un gallo de corral criado de forma artesanal y engordado para la Navidad, famoso por su carne sabrosa. Cada diciembre se celebra en la villa la tradicional Feria del Capón, que atrae a compradores de toda España para degustar tapas y platos donde este animal es el ingrediente principal.
Además, en las mesas locales no faltan los típicos grelos gallegos, patatas de la huerta y otros productos autóctonos que protagonizan muchos platos caseros de la zona.
Fiestas y tradiciones
La agenda festiva de Vilalba ofrece varias celebraciones de interés para peregrinos y visitantes. Las fiestas patronales incluyen San Ramón (31 de agosto) y Santa María (1 de septiembre), además de otras celebraciones arraigadas como la Fiesta de los Pepes (19 de marzo, día de San José) o la Fiesta de San Pedro (29 de junio).
En primavera tiene lugar el FIV (Festival Independiente de Vilalba), un evento de música que se celebra a finales de marzo. El primer domingo de abril se organiza la Feria del Queso de San Simón da Costa, una oportunidad ideal para degustar este queso emblemático junto con mieles, empanadas y otros productos locales.
El Camino del Norte y otras rutas: ¿cuál elegir?
El Camino del Norte recorre la costa cantábrica desde Irún (País Vasco) hasta Santiago de Compostela, pasando por ciudades emblemáticas como San Sebastián, Bilbao, Santander o Gijón.
Es una ruta jacobea muy pintoresca, con paisajes de playas y acantilados a un lado y montañas verdes al otro. Está considerada como una de las más bellas por la diversidad de escenarios naturales que ofrece al peregrino.
A diferencia del masificado Camino Francés, recibe muchos menos peregrinos, lo que permite disfrutarlo con mayor tranquilidad. No obstante, dispone de una buena red de servicios al atravesar zonas turísticas, aunque resulta físicamente más exigente que otras rutas más populares.
Muchos viajeros que no disponen de más de dos semanas optan por recorrer solo una sección de esta ruta. Por ejemplo, el tramo del camino de Santiago desde Santander a Gijón abarca algunos de los paisajes costeros más atractivos de Cantabria y Asturias. Regala la esencia del Camino del Norte en una experiencia más breve.
Qué lo hace diferente de otras rutas
Comparado con el Camino Primitivo, que también destaca por su dureza y autenticidad, el del Norte es más largo y con etapas costeras. El Primitivo atraviesa zonas montañosas del interior de Asturias y Galicia, con menos pueblos intermedios pero una historia muy ligada al origen de las peregrinaciones.
El Camino Inglés, por otro lado, es mucho más corto y accesible. Es ideal para quienes disponen de menos tiempo, ya que permite obtener la Compostela en tan solo cinco o seis etapas, pero no ofrece ni la variedad paisajística ni la amplitud de recorridos del Camino del Norte.
En cambio, el Camino Portugués se presenta como una opción más templada, con buen clima, etapas suaves y una gran red de alojamientos. Muchos peregrinos optan por el camino portugués desde Oporto a A Guarda, ideal para quienes buscan mar, cultura y gastronomía sin grandes esfuerzos físicos.
Desde ahí, es posible continuar por el camino desde A Guarda a Santiago, una ruta que combina litoral gallego, pueblos con encanto y etapas cómodas.
Como en cualquier ruta jacobea, el Camino del Norte se puede realizar por libre o contratando un camino Santiago organizado a través de agencias especializadas como Mundiplus. Esta última opción facilita la logística de alojamiento, transporte de equipaje y otros servicios, permitiendo al peregrino centrarse simplemente en disfrutar del camino.