Los Hospitales de peregrinos en el Camino de Santiago empiezan a cobrar fuerza una vez descubierta la tumba del Apóstol Santiago, en el siglo IX, lentamente se inició un Camino de Peregrinación a Santiago de Compostela, desde todos los puntos de la Europa Cristiana.
Al ritmo que crecía este flujo de peregrinos, igualmente, se vio la necesidad de asistir, en todos los sentidos, a esta marea peregrina y muy especialmente en el aspecto sanitario, debido a las condiciones higiénicas y físicas en las que se desarrollaba su “larga peregrinación”, tengamos en cuenta que, en muchos casos, su «Camino» podría alargarse en el tiempo durante meses e inclusos años.
No sería hasta el siglo XI, cuando se establece una primera «red de asistencia hospitalaria con carácter de permanencia» dirigida, principalmente, por Órdenes monásticas religiosas, apoyadas y dotadas por burgueses, nobles y reyes dentro de sus respectivos territorios. Cabe destacar que fueron los monjes Benedictinos los que regentaron el mayor número de «Hospitales de peregrinos en el Camino de Santiago», ya que la labor asistencial figura como una de las principales Reglas de la Orden.
Como bien se detalla en referencias históricas y hechos que invitaban a esta asistencia, podemos citar el que figuraba en el Códice de la Pretiosa (Roncesvalles): «La puerta se abre a todos, enfermos y sanos, así a los católicos como a los paganos, judíos, herejes, ociosos, y vanos, y a todos recibe como a sus hermanos», así como el capitulo XI, del Codice Calixtino, por Aymeric Picaud: «Todo el mundo debe recibir con caridad y respeto a los peregrinos, ricos o pobres, que vuelven o se dirigen al solar de Santiago, pues todo el que los reciba y hospede con esmero, tendrá como huésped; no sólo a Santiago, sino también al mismo Señor; según sus palabras en el evangelio: «El que a vosotros recibe, a Mí me recibe “. Hubo antaño muchos que incurrieron en la ira de Dios por haberse negado a acoger a los pobres ya los peregrinos de Santiago (…). Por lo que se debe saber que los peregrinos de Santiago, pobres o ricos, tienen derecho a la hospitalidad y a una acogida respetuosa»
Como norma general, la asistencia que se ofrecía en los Hospitales de peregrinos en el Camino de Santiago era: atención a los enfermos, a los mendigos y a los peregrinos, especialmente. Esta asistencia consistía en el alojamiento y alimentación de tres comidas al día, pero dependiendo de la importancia y recursos de los que disponía cada Orden, ésta variaba muy notablemente, pudiéndose alargar la estancia en el mismo, desde una noche o hasta la total recuperación del enfermo o peregrino. Los peregrinos de entonces no podían imaginarse cómo con el paso de los años todas las calamidades en llegar a Santiago se harían más llevaderas con las comodidades de un viaje al camino de Santiago organizado.
Entre los primeros Hospitales que se erigieron en el siglo XI, podemos destacar por un lado los de Jaca (Camino Aragonés). Por otro lado Pamplona, Burgos, Sahagún, León, Foncebadon (Fundado por el monje Gaucelmo), El Cebrero (todos ellos en el itinerario del Camino Francés). En el tramo del Camino de Santiago desde Sarria nos entramos con 2 importantes hospitales, que se encuentran en las localidades de Portomarín y Santiago de Compostela.
Ya en el siglos XII, el Códice Calixtino cita, por su importancia: «los tres hospitales de peregrinos del Mundo» (Jerusalem, Mont-Joux y Santa Cristina en Somport -Camino de Santiago Aragonés-)
Igualmente, tuvo una especial relevancia asistencial, el Hospital de peregrinos fundado en Roncesvalles dada la masiva afluencia peregrina que se produjo en este siglo y por la excelencia en la atención que realizaba, así como el Hospital del Rey de Burgos, fundado por Alfonso VIII de Castilla y su esposa doña Leonor, con una capacidad para unos 2000 peregrinos.
En León, también en el siglo XII, se dieron los primeros pasos para la construcción del Convento de San Marcos, para su utilización como hospital de peregrinos y templo religioso. Después de numerosas obras, a través de los siglos, este edificio fue el precursor de lo que hoy es el Parador Nacional de León, joya arquitectónica renacentista.
Pero, sin duda, el más significativo de todos los Hospitales de peregrinos en el Camino de Santiago, fue el Hospital Real De Santiago, promovido directamente por los Reyes Católicos en el año 1499, terminando su construcción en el año 1511 y que se construyó para atención de peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. La protección Real supuso que el citado Hospital dispusiera de los medios asistenciales más importantes de la época, en lo referente a sanidad, higiene, alimentación y confort para ofrecer a los miles de peregrinos que finalizaban en Santiago su peregrinación Jacobea.
En el año 1954, este edificio se convirtió en el Parador de los Reyes Católicos, monumento emblemático sito en la misma Plaza del Obradoiro, junto a la Catedral de Santiago, de ahí, la importancia efectiva y simbólica del que fue buque insignia de los Hospitales de Peregrinos creados por y para los peregrinos a lo largo de los siglos.